Dentro de la fisioterapia existen muchas técnicas de tratamiento que a lo largo de la historia se han establecido, evolucionado y desarrollado con éxito para acoplarse a las necesidades particulares de cada paciente. Muchas de éstas técnicas son nuevas e innovadoras, como puede ser la punción seca.
La punción seca es una técnica semi-invasiva que utiliza agujas de acupuntura para el tratamiento del síndrome de dolor miofascial, síndrome producido por los puntos de gatillo.
¿Qué son los puntos gatillo o síndrome de dolor miofascial?
Los puntos gatillo son zonas débiles del músculo y muy sensibles a la palpación, que normalmente se forman en los músculos que mantienen nuestra postura, los que llevan mayor tensión que el resto.
Ellos se originan cuando varias regiones de la fibra muscular donde se produce la contracción del músculo se quedan permanentemente contraídas, lo que disminuye el flujo sanguíneo. Esa disminución del flujo sanguíneo no permite la correcta nutrición ni la correcta limpieza de los desechos de las células y provoca que el dolor se irradie y se extienda.
Los puntos gatillo tienen unas características concretas y pueden ser de diferentes tipos o estar en diferentes estados, estos pueden aparecer por diversas causas como una corriente fría que afecta directamente al músculo, movimientos repetitivos, mantener el músculo durante largo tiempo en una misma posición, traumatismos o una inyección.
Son muy dolorosos, sobre todo cuando se presionan. Pueden dar dolor referido, es decir, dolor que aparece en una zona alejada a donde estás presionando el punto gatillo, hipersensibilidad, dolor ante estímulos de que no deberían de doler y disfunción motora, entre otras.
¿Cuáles son los principios de la punción seca?
La punción seca utiliza una aguja de acupuntura directamente sobre el punto gatillo. Es importante destacar que no se infiltra ningún tipo de sustancia.
La aguja, una vez ubicada en el punto de gatillo, entra y sale del punto gatillo, y con la misma aguja se aprecian los cambios en la firmeza de los tejidos atravesados por la aguja, e incluso sentir si la aguja ha acertado o no en la ubicación del mismo. Esto hace que el sistema nervioso central comience un proceso de regeneración del músculo dañado de forma que llegan más nutrientes, y si la punción ha sido acertada, el músculo se relaja en su totalidad y desaparecen síntomas como el dolor local y el dolor irradiado.
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